Restaurante Parador Nacional Castillo de Siguenza en Sigüenza

Servicio , atencion, amabilidad. Vistas bonitas.quiero hacer mención a la atencion y servicio prestado por todos los empleados y en especial de Marta en recepcion.muchas gracias a todos

Muy bonito el parador y por supuesto el emplazamiento. Curioso que solo atiendan para tomar algo si estás alojado, de ahí mi valoración

Experiencia muy recomendable. Desayuno excelente.

Precioso lugar para alojarase y comer. Pero por encima de todo esta la calidad y profesionalidad de su personal de cafeteria, en especial Virginia y Carlos, que han hecho que me lleve un maravilloso recuerdo de mi visita.

El hotel por fuera es precioso ya que es un castillo medieval. Por dentro necesita una actualización. Los baños son antiguos. No hay enchufes en las mesillas que dificulta mucho poder cargar moviles/relojes por la noche... El ascensor aunque sube a las plantas luego hay dos escaleras para subir a unos sofás y otros dos para bajar y continuar por el pasillo a la habitación. En la cafetería no sirven con el café pastas ni patatas con los refrescos como hacen en el resto de los paradores. En la cena del restaurante nos sirvieron un menú infantil mal y querían nos lo quedásemos...no lo recomiendo para cenar. El desayuno buffet como el de cualquier hotel, con comida caliente a la mesa,y pinzas individuales para coger del buffet frío que me parece una buena idea, lo único si vas a las 10 faltan cosas y no reponen y si vas más tarde pues peor aún. Le falta tener algún salón para huéspedes que el resto de los paradores si tienen. Había muchísima cola para hacer el chekin y el patio de armas si que es muy bonito pero el resto del hotel me pareció sencillo y pequeño. Personalmente me pareció caro para lo que ofrece y creo hay otros paradores mejores

Muy positivo,todo un lujo para nosotros poder haber disfrutado de esta estancia.

Todo perfecto!El Parador muy bien, la ubicación, el servicio, la habitación y la visita a Sigüenza.Recomendable visita!

El edificio es una maravilla arquitectónica (ya que es un castillo medieval) y la ubicación es fantástica. Sigüenza es uno de los pueblos con más encanto de España. La habitación que escogimos tenía unas vistas impresionantes; la cama era muy cómoda y la decoración elegante y rústica. En general, la estancia era acogedora y romántica, así como el baño con su ducha y bañera de hidromasaje. Lo peor: el servicio de habitaciones fue bastante lento cuando le pedimos varias cosas para la habitación (como la comida y una manta para mí). No obstante, los camareros del restaurante fueron atentos en la cena. Merece la pena pasar un fin de semana si te gustan los lugares diferentes y románticos. Repetiremos seguramente.

Fue una estancia inolvidable, para recordar toda la vida, intentaré volver.

Todo riquísimo, muy buen trato y lugar espectacular. No soy de postres y no pude evitar pedirme alguno para probar. Producto de temporada respetado. La emulsion de sopa castellana una delicia y el lomo de ciervo con reduccion de chocolate idem.