Restaurante Sábrego en Ribadavia

Hemos ido por primera vez. El enclave es precioso y la comida fascinante. Repetiremos

Un sitio muy especial donde comer o celebrar eventos. Muy recomendable, todo estaba buenisimo.

Buena cocina en un enclave privilegiado. Con argumentos culinarios que evolucionan muy positivamente. Y los mejores vinos y licores del Ribeiro. En los últimos tiempos el precio ha experimentado un notable incremento.

Restaurante ubicado dentro de la bodega de Casal de Armán y presente en la Guía Michelín, en un espectacular entorno natural y muy tranquilo. La comida excelente de principio a fin. En nuestro caso probamos platos de la carta y todos han estado genial, igual que el vino, por supuesto de Casal de Armán. Muy recomendable para disfrutar de una experiencia gastronómica completa.

Estuvimos comiendo el pasado 26 de marzo. Ya habíamos estado varios años atrás. Sigue siendo un gran restaurante. Mesas separadas, ambiente muy tranquilo, servicio atento y profesional, si bien aunque el dia estaba muy fresco y en la sala no hacía nada de calor, tuve que pedir una cubitera con hielo para el espumoso con el que comimos porque ya estaba fuera de temperatura adecuada y uno de los camareros me tuteo al hacerme una pregunta sobre uno de los platos, lo que en un restaurante de este nivel no es lo que se espera. Por lo demás todo impecable. Comimos a la carta. Los panes, el aceite gallego y las mantequillas del inicio, exquisitos, al igual que un aperitivo a base de pescado antes de los entrantes. De éstos, destacar las empanadillas de vaca con salsa de tamarindo y el ravioli de bogavante. Más discretos los bocados de vieira. De principales un coruxo con verduritas, un muslo de gallo con cachelos y un lomo de jabalí con salsa de castañas y verduritas todos perfectos de punto y sabor. Los postres muy buenos, nada empalagosos. Un esponjoso de cítricos, chocolate en varias texturas y un tocinillo de maracuyá. El espumoso gallego Gorgola fue un gran acompañante. Y con los cafés 4 delicatessen muy diferentes que hicieron una gran experiencia. Para repetir.

Lugar increíble con comida y hospitalidad de primera calidad. Ya he ido varias veces y siempre he cogido el menú degustación. A mí tampoco me ha decepcionado nunca un plato. Se nota que hay mucha dedicación y pasión detrás.

Materia prima excelente y muy buena elaboración. Entorno espectacular. Hay carta y menús degustación con varios pases.

Sobran restaurantes caros que te cobren >35€ por persona. Es menos habitual que realmente los merezca, como en el Restaurante Sábrego. Excelente comida y servicio en una ubicación única.

Bonito restaurante en la bodega Casal de Armán, con buena atención y buen ambiente. La comida está bien, tomamos el menú de 11 pases y unos sabores nos parecieron muy buenos como el coruxo, el salmonete y la carne. Otros nos parecieron que el sabor no estaba tan logrado. Cuatro tipos de panes todos buenos. Pese al número de platos, la comida no se hace pesada para nada, más bien justito, de ahí la importancia de un buen pan. Los vinos son los de la bodega Casal de Armán y personalmente me sigo quedando con los blancos. La visita a la bodega tiene el interés de ver los distintos tipos de vinos y de terrenos, así como la maquinaria para su elaboración, pero es una bodega pequeña. El emplazamiento está bien, en una casa con siglos de historia, pero acceder te aísla un poco de Ourense o incluso de Rivadavia. La experiencia de dormir allí fue lo menos positivo, si bien el sitio es tranquilo en nuestra habitación se escuchaba el ruido de la columna de la ducha con hidromasaje y alguna maquina de la bodega, junto con un colchón algo hundido por los lados, por lo que fue lo menos bueno de la experiencia. La puntuación adecuada algo más de un cuatro, pero no alcanza al 5.

Una sorpresa en medio del Ribeiro. Cerca de Ourense y de O carballiño en la zona de Cenlle emerge una bodega que da de comer, se puede dormir y organiza eventos. Que más se puede pedir. La primera cosecha de vino del 1999 y la verdad el blanco es espectacular. Vino con cuerpo y 15º. Una delicatesen. La comida empieza por una de angulas muy ricas, sigue con la tortilla de gambas y trufa y acabamos con una chuleta de cachena. Postre tabla de quesos, cafés y unos dulces invitación de la casa. Entre los cuales destacamos el de mojito. La atención es de veinte y el entorno para acabar e ir a pasear. No se puede pedir más. Eso si hay q pagar lo q ponen. Lo bueno nunca se puede regalar