Restaurante Paquita en Lleida

Servicio muy atento y la comida bien cocinada.

Cuando entras, ves que te encuentras en el típico bar de toda la vida, de decoración austera y con clientela habitual. Dispone de una buena barra y considerable comedor. Con el calor de la gente como único hilo musical. Tienes la sensación de que has acertado. Sedes en la mesa, mantel de papel, vino a granel, aceitunas para picar con 4 guindillas... clásico de clásicos. ¿Desayuno? Pues lo que quieras. Huevos fritos, patatas y los cortes de carne que quieras meter. Gran surtido de guisos (sobre todo a primera hora). Cocina de la de toda la vida. De aquella que se pasa horas y horas en el fuego y que desgraciadamente está en peligro de extinción. Los huevos fritos con "puntilla", el pan de pastelería (no de este de panificadora), patatas fritas cortadas a mano... Son detallitos que desmarcan el bar Paquita del resto pero lo que realmente marca la diferencia es lo que cocinan sus cazuelas. Platos contundentes y generosos que invitan a alargar el desayuno hasta la hora del vermut. Sin lugar a dudas, el bar Paquita es de los últimos de su especie y eso es lo que le hace tan especial. No encontrará hipsters, ni ejecutivos, ni señoras desayunando un café y una pasta. Encontrará buena comida a precio económico. ¡Imprescindible!

muy buena atención y platos con raciones considerables a muy buen precio,en breve volveré

Excelente lugar para almuerzo de cuchara y tenedor a un precio muy asequible y con muy buena cocina, acostumbra a estar bastante lleno segun que dias.

Sitio genial para hacer un encuentro de amigos!

Sitio de referencia en el barrio de Magraners, buena comida y buen ambiente!