Nublo Restaurant en Haro

Increíble en todos los sentidos. Una experiencia realmente única con platos innovadores. A diferencia de otras experiencias gastronómicas en formato degustación es que en esta ocasión no acabas saturado de comida. El equilibrio entre calidad y cantidad es perfecto. Recomiendo 100 por ciento. Adicionalmente el asesoramiento sobre el vino es espectacular y la persona que te atiende sabe de vinos más que nadie. Volveré y volveré. Por último es espectacular que todo lo hagan sin luz ni gas. Simplemente maravilloso

Tuvimos una experiencia gastronómica privada con 15 platos y maridaje de vinos: la comida fue excelente.

Divino!!! El servicio maravilloso, la comida excelente, hay que volver porque siempre hay cosas nuevas..

Segunda vez aquí y tan bien como la primera o mejor, yo le daría la segunda Michelín ya. De los 15 platos del menú si puede destacar alguno quizás la lubina con pilpil de espinacas. Pero increíble la conjunción de sabores, productos de la tierra y buenos vinos. Un 10 a todo el equipo

Desde que entras en el restaurante es una experiencia. Te explican el local donde se encuentra, un palacio renacentista que lo han adecuado de forma espectacular con una luces y cuadros y decoración que ayuda a todo. La bodega en una escalera en espiral también resulta espectacular. Y después el menú de degustación muy bien realizado, utilizando solo la cocina económica brasas y horno, que también te enseñan. Destaco la lubina que la preparan de forma espectacular con la piel super crujiente y la carne en su punto. Y me parecieron también impresionante los perretxicos con nueces y la alcachofa con berberechos.

5 Estrellas .... por que no podemos dar más ! Noche única e inolvidable. Muchas gracias a todo el equipo alrededor de Miguel Caño. Cada plato, cada bocado nos ha transmitido el cariño que están poniendo a cada detalle. Lo mejor de todo: buscan el mejor producto y no lo destruyen en el camino como es cada vez más frequente an sitios de "alta" cocina :-) Nos ha encantado absolutamente todo, maridaje perfecto, elegido por Rodrigo Miguel. ... Hemos visto en otras reseñas que la cantidad de los vinos les pareció escaso... nosotros sentímos que las cantidades están muy bien elegidos debido a la cantidad de diferentes vinos que están previsto a lo largo de los 15 experiencias a lo largo de la noche. (7 vinanzos.... entre ellos Bodegas míticas y otras para sorprenderte) Desde la reserva, el detalle de ponerse en contacto por whatsapp antes de ir, la bienvenida en el local, la visita de la cocina, la iluminación, la atención de Alejandro en sala hasta las flores naturales y la buena selección de la música hemos gozado de esta velada impactante. Como van cambiando el menu muy a menudo no vamos a tardar mucho para volver.

Muy buena calidad de los platos, originalidad y sabor. El servicio también ideal y el sitio muy chulo. Como regalo por ejemplo es un detallazo. Quizás como punto negativo el precio excesivo de las bebidas y sobre todo del café. Pero entra dentro de lo normal en este tipo de restaurantes.

Una experiencia única de principio a final. Gracias a todo el equipo del Nublo por su profesionalidad, amabilidad y cercanía, nos habéis hecho sentir como en casa. El menú que disfrutamos ayer, fue pura excelencia. En cada plato (15 en total) no solo hay una explosión de sabor a cada cual más delicioso y sorprendente, sino que tambien nos transmiten el trabajo y el mimo con el que están creados. Volveremos, y os recomendaremos siempre!! Un placer!!

Entrar a Nublo es disfrutar de una experiencia auténtica. Nada más entrar uno se ve encandilado con un diseño que celebra la naturaleza y la mitología con elegancia. El diseñador es un genio. La sensación que cala en el cliente es que se entrelazan la familiaridad de estar en un hogar y la belleza de un jardín prohibido. Es extraño, pero uno se siente cómodo y travieso, es decir, dan ganas de entrar a disfrutar y se coge confianza rápidamente con los miembros del restaurante. Eso es porque todos tienen una dedicación y una pasión férrea por el oficio. El recibimiento es divertido, cálido y hechizante, el sumiller es magnético, preciso y atrevido (en el mejor sentido de la palabra) a la hora de sorprender con los vinos, el jefe de sala es una persona gentil, sofisticada y de un valor humano incalculable. Sin olvidar a las camareras, que son un tesoro. Tienen una dulzura, una fortaleza y una pasión por lo que hacen que hacen que el servicio sea sobresaliente. La cocina no es diferente. Antes de ir a la mesa, te invitan a entrar a cocinas y puedes ver a los cocineros. Es una gozada ver lo bonita, íntima, ordenada y transparente que es. Para redondear los cocineros son un auténtico reloj suizo, no les quería molestar, pero quería saber un poco más de cómo cocinaban con leña. Es una gozada que no solo te den una explicación excelente, sino que además sean carismáticos y divertidos. El menú es una cadena de sorpresas en las que el producto brilla con fuerza. Alucino cuando hay gente que critica los platos y los comparan con expectativas que no se corresponden con el diseño del menú. La sencillez no es simpleza. Ofrecer un producto desnudo y realzarlo con algo tan puro como el fuego que emana de la llamas, es el resultado magistral que nace del entendimiento y la experiencia. Quizás conecto mucho con esta cocina, porque la leña siempre me recuerda a los domingo en familia. Toda una fiesta. Pero es difícil no enamorarse de un restaurante en el que la comida es un festival de sabores y texturas, el maridaje es una travesía perfumada de matices y el servicio es de una calidad humana que invita a que Nublo se convierta en un lugar para celebrar.

Experiencia gastronómica de un nivel altísimo. Restaurante situado en una antigua casona del centro histórico. Y el comedor en su patio central muy acogedor. La clave y la diferencia de este lugar respecto al resto de restaurantes comunes es que cocinan con fuego, sin electricidad y eso en alta cocina es algo único y difícilmente repetible en otro restaurante con este nivel. Los aperitivos son bocados con sabores que se quedan minutos en el paladar, y que decir del vino y del chico que lo sirve, pocas veces me habían recomendado tan bien unas copas. Aquí hay que dejarse acinsejar y probar todos los que se puedan, como último recurso pedir una botella en mi opinión. Enhorabuena por el trabajo y por la dedicación. Un 10