Mi bebé ha derramado el café que acababa de pedir y cuando he ido a disculparme y avisar para que pudieran limpiarlo, no sólo el chico que me ha atendido no ha puesto ninguna mala cara, sino que me ha preparado otro café muy amablemente. Hoy es mi cumpleaños pero precisamente tengo un día desbordado de trabajo y obligaciones y el detalle de que mi bebé me derramara el café era lo último que me apetecía... Al final, he salido con una sonrisa del local gracias a este chico que me ha atendido tan bien y ha sido tan comprensivo. De los detalles que hacen de éste un mundo mejor hay que dejar constancia también :) ¡Gracias!
Luces y sombras. El personal no es muy amable y pasa muchísimo de los clientes. Helados puestos y no dados al clientes, lo dejaban sin servir. Le pides servilletas y se hacen los sordos
No hay palabras suficientes para describir la experiencia sublime que se vive al entrar en un MacDonalds. El aroma de las patatas fritas recién hechas, el sabor de las hamburguesas jugosas y tiernas, la textura de los nuggets crujientes y tiernos a la vez... Todo ello hace que cada bocado sea una explosión de placer en el paladar.
El servicio es impecable, los empleados son amables y atentos, y el ambiente es acogedor y limpio. El menú ofrece una variedad de opciones para todos los gustos y necesidades, desde ensaladas frescas y nutritivas hasta postres irresistibles y helados cremosos. Y lo mejor de todo, los precios son asequibles y justos, sin renunciar a la calidad y la cantidad.
MacDonalds es más que un restaurante de comida rápida, es un lugar donde disfrutar de una comida deliciosa, rápida y satisfactoria, en compañía de familiares o amigos, o simplemente para darse un capricho. Es el lugar donde se cumplen los sueños de los amantes de la comida, donde se crea la magia del sabor. MacDonalds es, sin duda, el mejor restaurante del mundo.