Hotel Rural XQ Finca Salamanca en Güímar

Sólo puedo decir que si buscas paz y tranquilidad y no necesariamente tienes que estar junto al mar, este es muy recomendable. Las habitaciones están muy bien cuidadas, teníamos una terraza, todo fue muy bonito. El desayuno buffet es suficiente y siempre se repone. El restaurante era realmente muy bueno, con especialidades locales. El servicio es siempre amable y servicial, y el personal en general es excelente. Hermoso y enorme jardín con palmeras y cactus. Definitivamente haz un recorrido por el jardín con Frank el jueves por la mañana, muy educativo. La piscina siempre es muy relajante con mucha paz y tranquilidad. Considerándolo todo, todo salió bien. Estaremos felices de volver, sigan así, Gracias...

Celebramos el bautizo de nuestro hijo en el restaurante y salió todo de 10. Todos los que asistimos coincidimos en que la comida, el lugar, el servicio habían sido de 10. Ni una pega. Volveremos seguro.

Estuvimos allí en marzo de 2024 y quedamos muy impresionados. El hotel ofrece absoluta paz y tranquilidad: no se oye ningún ruido del tráfico porque está un poco alejado de la carretera y no hay aviones sobrevolándolo. Las habitaciones están absolutamente impecablemente limpias y funcionalmente rústicas. Hay toallas nuevas todos los días. Las camas eran muy duras para nuestro gusto y después de cuatro horas de sueño teníamos dolor de espalda. Pero eso es ciertamente más subjetivo. Lo más destacado son las mosquiteras en la puerta del patio. El baño es un poco pequeño y apenas ofrece espacio para guardar cosas para dos personas, pero hay mucho espacio en la habitación. Teníamos la habitación 201 al comienzo de una fila de habitaciones, pero obviamente la habitación estaba al final de la tubería de agua caliente porque tuvimos que dejar correr el agua durante mucho tiempo hasta que finalmente se calentó. En Tenerife parece haber agua en abundancia a precios razonables, los afortunados. Toda la zona estaba perfectamente mantenida y limpia por dos jardineros. Todo estaba en muy buenas condiciones. La piscina y sus alrededores, incluidas tumbonas, mesas y zonas para sentarse, también estaban en perfecto estado. No había nada de qué quejarse aquí. El desayuno se ofrecía en forma de buffet y se reponía constantemente. Huevos fritos, huevos revueltos, tocino, queso, embutidos, mermelada, cereales, yogur, tostadas, pasteles, fruta fresca, zumo de naranja recién exprimido, panecillos (centeno, trigo, integrales), té, el café de la máquina estaba bien. También puedes desayunar en la pequeña terraza frente a la casa. La cena fue a la carta como menú de 3 platos, para lo cual hay que planificar una buena hora. Se sirvieron buenos vinos junto con las bebidas habituales. Si no quieres comer por la noche, puedes almorzar sin coste adicional. El menú es suficiente para una estancia de una semana; después habrá repeticiones, porque normalmente no se come todo lo que hay en el menú. Había mucho pescado y también especialidades españolas y buena cocina: no había patatas fritas con escalope. La cena en sí fue realmente buena. Todo estaba perfectamente preparado y presentado: el chef de la pequeña cocina conocía su oficio. El servicio fue impecable y todos se esforzaron mucho por comprender de alguna manera los numerosos idiomas. Además de alemán, también aprendimos holandés, francés, inglés, una lengua escandinava y sajón: todos recibieron ayuda y cada uno obtuvo lo que quería. Sólo la recepcionista Conny habla alemán. ¡Pero nada funciona sin un coche de alquiler! Hay muchas plazas de aparcamiento gratuitas. Conclusión: Un gran hotel pequeño que existe desde hace algunos años, pero que está en óptimas condiciones y absolutamente limpio. El personal hace todo lo posible para atender a los huéspedes, es amable, cortés y siempre accesible. Quedamos muy satisfechos, si se ignoran las camas y el agua caliente.

Fuimos a pasar una noche y no estuvo mal pero podría haber sido un poco mejor

Alla reception siamo stati accolti con molta gentilezza dalla receptionist, il posto è molto bello immerso nel verde delle piantagioni di avocado. La stanza un po' datata ma comunque molto confortevole, al ristorante si mangia benissimo