Hostal Puente del Pilar en Ribadesella

Segunda vez que vamos al restaurante y siempre excepcional. Comida casera y trato cercano y cariñoso. Nos encanta este sitio!

Nosotros utilizamos sólo la parte del restaurante. Fuimos a comer allí por indicación de unos familiares de nuestro grupo. La verdad es que no puedo decir nada malo del sitio: el lugar, ya sé ve en las fotos, tiene un encanto especial, aunque a algunos no les guste. Ese día hacía algo de frío, así que no fuimos a la terraza. Tienen aparcamiento a 20 metros de la entrada. En cuanto a la comida, de primero pedimos diversos platos para compartir y después, fundamentalmente, FABES y, si, lo que tengo que poner en mayúsculas porque estaban espectaculares, sólo por ellas ya merece la pena ir. Cuando vuelva a Ribadesella volveré seguro. ACLARACIÓN: la factura que se ve en las fotos no es la nuestra, es de otra mesa, pero es única, jamás había visto otra igual con sus dibujos, hecha a mano,.....

Comida casera en un ambiente acogedor. Imposible tener mejor gusto para decorar. Fernando es muy detallista. Recomendado 100% Es un lugar especial y original.

No nos hospedamos, fuimos al Restaurante por recomendación y fue todo un acierto. Te reciben como quien recibe a un familiar, conversan contigo y luego te preparan una comida casera pero original a la altura solo de una madre. Sopa de cebolla gratinada, escalopines con cabrales, torto con huevo y tarta de queso. De nuevo nos nos hospedamos, pero lo haremos. Una fantasía.

Hemos pasado un fin de semana en una de sus habitaciones así como su restaurante para cenar y desayunar. Decir que referente a la habitación que se encuentra en un edificio anexo que cuenta con aparcamiento propio, la decoración y las instalaciones son maravillosas, la habitación así como todo el inmueble cuenta con una decoración retro en perfecta armonía con el entorno, si lo que buscas es una habitación moderna y estándar este no es tu lugar, para eso tienes cualquier hotel de ciudad de los cuales en ocasiones no sabes diferenciar si estás en uno u otro. La cena y el desayuno genial y la antención de Fernando y de su familia no se puede valorar porque superaría con creces cualquier nota. Sobre la cuenta de la que he leído algún comentario al respecto decir que no saber apreciar y reconocer la originalidad, el toque individual y el esfuerzo de hacer una cuenta con unos dibujos a mano alzada simplemente GENIALES no es un problema de establecimiento o del personal que allí trabaja, sino de quienes no saben valorar los pequeños detalles. Volveremos sin duda y recomendaremos este lugar a esas personas que son capaces de ver que no todo es blanco y negro sino que ven la vida en una paleta infinita de colores.

El restaurante es todo casero y esta buenismo. Trato muy amable y el sitio es muy acogedor