Hospederia Convento San Francisco en Santo Domingo de Silos

Un sitio muy recomendable para hacer una escapada por la zona. Edificio con mucho encanto y habitaciones correctas. Excelente trato con hambiente familiar. Buena relación calidad precio. Muy limpio

Trato espectacular. Sitio emblemático y con historia. Vistas maravillosas. Personal encantador. Recomendable 100%.

Estuvimos un fin de semana para visitar Silos. La experiencia del hotel fue fantástica. Las instalaciones son maravillosas y el trato del personal excelente. La cena deliciosa. Muy recomendable y repetiríamos

Es un lugar para desconectar disfrutar del tiempo libre y donde poder disfrutar de Santo Domingo de Silos.

Ubicación excelente, sin ruidos. Ambiente relajado y tranquilo en sus estancias, además de decoración armoniosa y limpieza generalizada. En habitaciones todo muy higiénico, tranquilo: una invitación a la tranquilidad. Las instalaciones son una invitación a compartir con más personas y perderse por un convento de los de verdad, asi que, agradecidos por la experiencia. Eso sí, el personal MARAVILLOSO, Yolanda es la directora y forma parte de un equipo de 6 personas estupendas que harán todo para que te sientas en casa. De hecho con todo el grupo que fuimos lo hicieron. Las comidas ellos mismos las preparan y son de Calidad absoluta, todo riquisimo tanto en desayunos, comidas o cenas. Lo más parecido al paraíso terrenal para quien quiera ir a desconectarse. GRACIAS POR TODO, un abrazo a todo el EQUIPO!

Una experiencia excepcional, no me estraña que haya personas que lleven muchos años volviendo. Se respira una paz y una tranquilidad inigualable. Si quieres puedes asistir a los actos liturgicos bien, si no nadie te obliga a nada. Puedes entrar y salir cuando quieras, siempre respetando unos horarios establecidos, y moverte con libertad por zonas del monasterio que están vetadas al turismo. Lugar ideal para estudiar sin interferencias, sin televisión y si puedes sin móvil. Puedes leer en tu habitación, en el huerto o donde quieras mientras no interfieras en las actividades de los monjes, además desde el pueblo de Santo Domingo parten varias rutas de senderismo y la zona es preciosa. El menú es único para desayunar, comer y cenar, no hay opción a elegir entre distintos platos (no es un restaurante, te comes lo que hay) pero debo decir que cocinan bastante bien. Quiero mandar un abrazo a Moisés, el padre hospedero, una persona encantadora, porque con los demás monjes no he interactuado, eso sí, si quieres puedes hablar con cualquiera de ellos, si lo solicitas con tiempo

Hemos pasado unos días en semana santa en Santo Domingo de Silos y solo podemos dar las gracias al haber reservado aquí. Nos hemos sentido como en casa. Yolanda ha sido muy amable y nos ha dado recomendaciones buenísimas. Además, el servicio de restauración es de 10, el producto es muy bueno y el camarero Manolo nos ha atendido estupendamente en todo momento. Ojalá y volvamos!

Más vale tarde que nunca!!. Viaje con mi pareja a mediados de Septiembre. Lugar diferente que recordamos con mucho cariño. Impresiona el ambiente de paz y acogimiento que proporcionan la austeridad de su decoración y el canto gregoriano de fondo. El servicio de de lujo. Yolanda en la dirección, Estrella sirviéndote el desayuno, de alta calidad, como si te sirviera tu madre y también Manolo por la noche en el comedor... Creo que no olvidaremos ese fin de semana diferente y os animamos a que sigáis en la misma linea. Vuestra actitud es la HOSPITALIDAD, no la de un simple servicio de hostelería. Se nota y mucho.

Preciosa Hospedería Convento, muy bien rehabilitada y que cuenta con todas las comodidades, el edificio es extraordinario, conservando la esencia de la vida monacal, por lo que es ideal para encontrar sosiego. Las habitaciones son limpias, sobrias y confortables, tomando como referencia los planos de las originales celdas, los baños modernos y funcionales, el desayuno abundante, variado y completo. Especial agradecimiento para Estrella en restauración y Yolanda en recepción que se vuelcan, dentro de las muchas tareas que tienen, en la atención a sus huéspedes con mucho cariño, más allá de sus obligaciones, para que se sientan lo más confortable posible.