Enotaberna Posada del Leon de Oro en Madrid

El sitio es súper bonito con restos arqueológicos bajo los pies que se ven a través de un cristal. Hacía mucho que no iba y me ha sorprendido porque está más chulo que antes con mesas altas a la entrada y buen ambiente. La cocina es muy correcta, el servicio bueno

Genial!! Muy limpio y cuidado. En el centro y bien comunicado. Si vas en coche no es ideal... Aparcar en el centro es una odisea. El desayuno espectacular.

Un gran hallazgo. Es un pequeño hotel boutique con habitaciones cómodas (cama excelente), personal encantador y servicial (especialmente Daniella), accesorios contemporáneos y muy buen desayuno y restaurante (pruebe las croquetas). Buen valor. El barrio no podría ser mejor, con muchos restaurantes y bares, un supermercado cercano, pocos pasos de la Plaza Mayor, la Plaza del Sol y la estación de metro La Latina. Muy recomendable.

Es un sitio acogedor, para tapear o comer. La cocina es bastante buena y el servicio es muy atento. Vale la pena hacer una parada. Buena relación calidad precio.

Nos gustó mucho el restaurante. Probamos el cocido y muy bueno

Buen servicio con una barra acogedora para tomar un aperitivo con unas estupendas gildas. En el restaurante pedimos un plato de jamón y cocido madrileño. No estaba mal pero tampoco excelente. Sopa justa con bastantes fideos. La carne y el pollo tierno pero con poco sabor. Tres rodajas de chorizo y tres de morcilla. Patata, garbanzos y repollo normales. No fue excepcional la verdad. Como postre una torrija normalita y un coulant de chocolate con helado espectacular. No nos alojamos pero como hotel parecía bonito.

30/03/2024 Es en su enotaberna donde se puede probar el conocido cocido de la Posada del León de Oro. En él, los garbanzos son el producto estrella, manteniendo el protagonismo, aunque acompañados del tocino, la carne y la verdura, así como la piparra, que “ayuda a limpiar el paladar entre los diferentes ingredientes para apreciar mejor el sabor de cada parte del cocido”. Se trata de una receta en tres vuelcos compuesta por ingredientes típicos que se cocinan lento hasta conseguir un sabor único y de lo más tradicional. Este cocido se sirve en un espacio con historia, atravesado por la muralla cristiana del siglo XII de Madrid y coronado por una corrala antigua del siglo XIX. Su cocido se encuentra disponible desde el mes de octubre hasta mayo, concretamente los miércoles, jueves y viernes. El precio por persona es de 19,90 €.

La Posada del León de Oro situada en la preciosa Cava Baja en el barrio de La Latina es ante todo un pequeño hotel boutique de 17 habitaciones pero también es una enotaberna (con más de 300 referencias de vinos) y un restaurante. Se asienta en un edificio del siglo XVIII rehabilitado muy singular ya que cuenta con un patio central en forma de corrala a la que dan sus habitaciones y además en el comedor hay una zona con el suelo acristalado que permite ver los restos de la muralla cristiana del siglo XII. Su restaurante (por lo menos hasta el verano) es famoso por su excelente cocido madrileño a buen precio, entre semana son 20€ y el fin de semana son 30€ pero te regalan una excelente botella de vino Rioja crianza, pero no solamente tienen cocido sino muchos más platos típicos de la cocina madrileña y castellana. Mi experiencia ha sido maravillosa, el cocido estaba muy bueno, de las sopas más ricas de cocido que he probado fuera (estaba como hecha en casa) y el resto de ingredientes muy buenos, la cantidad de las fotos era para 2 personas (nos costó acabarlo), el vino espectacular y el plato de huevos estrellados con patatas y jamon ibérico muy bueno también.

Estuvimos comiendo aprovechando que es uno de los participantes de la Ruta del Cocido y queríamos probarlo. En general, es bastante correcto. La sopa me pareció normalita; los garbanzos me parecieron mucho mejor, con mucho sabor tanto la carne como las verduras. Personalmente, le hubiera puesto un poco más de verdura. La salsa de tomate y comino no me dijo mada y las piparras y cebolletas son encurtidos pero estaban buenos. Nos incluyó una botella de vino tinto que no estaba mal. De postre, probamos la torrija, clásica y bien hecha. El local es tranquilo y acogedor. Me gusta mucho la idea de que sea transparente el suelo y puedas ver la parte antigua del edificio. La atención fue buena

Un lugar curioso, el suelo de cristal y se ve que es una cueva con botellas de vino. Tengo un poco vértigo y me daba cosa pisar pero lo superé. La música de fondo suave ,no molestaba, como tiene que ser. La atención muy buena La cena muy rica ,nos sorprendió bastante. Y los postres también.