El Rincon de Malena en Madrid

La atención fue súper agradable, no nos faltó de nada. Tomamos las setas empanadas con jamón, las croquetas y probamos el salmorejo que está buenísimo. Es un sitio pequeño y acogedor que toda la comida que tienen es casera.

Local acogedor con un buen servicio, muy simpática la regente y la camarera. Comida como en casa

Nos decidimos a probar este lugar por las reseñas, coincido tan solo en que la comida está bien cocinada. La formalidad y el trato de la camarera fue de lo más nefasto que jamás hasta ahora he vivido. El día que llamé para reservar le comenté que un comensal tenía problemas con casi todos los alimentos, y que para asegurarme que cenaría, les pedí si podrían hacerle un escalope de pollo con patatas fritas. Por teléfono fue todo amabilidad, y me confirmó que no habría ningún problema. Nada más llegar le comenté a la camarera que había pedido en mi reserva esa plato en concreto y el resto elegiríamos de la carta. Muy seca y tajante nos dijo que no había escalope, que no sería posible. Le dije que eso no era lo que habíamos hablado por teléfono y desde ese instante todo lo que cuente con respecto al trato de esa persona hacia nosotros no reflejará lo borde que llegó a ser. El local es pequeño, las mesas estrechas, al colocar los platos (éramos 6 comensales) no cabían los platos con la comanda. A la hora de pedir el postre ya fue el colmo. Le pedí la carta de postres y su respuesta fue “la carta soy yo, y se lo diré cuando pueda”. Increíble!!! Finalmente nos dijo que solo había tarta de queso y de mango. No nos convenció a ninguno las opciones y nos dijo literalmente “vaya, no les gusta ninguna. Pues es lo que hay” como si le hubiera ofendido que no tomásemos postre. Cuando ni siquiera había fruta del tiempo, un triste yogur o flan. En fin, nosotros no volveremos nunca.

Fui a cenar de picoteo con mi hija y una amiga, el sitio es muy acogedor, las croquetas riquísimas, y la sepia para chuparse los dedos, la atención fantástica, era la primera vez que íbamos, pero repetiremos.

Estupendo menú del día, comida casera y platos abundantes. El restaurante es pequeñito, pero la disposición de las mesas lo hacen agradable y cómodo, y el personal con su amabilidad y atención hace que te sientas como en tu propia casa.

El sitio tiene cosas riquísimas y la camarera es estupenda, vuelves siempre por lo increíble que te trata

Muy pequeñito pero acogedor, la comida excelente y el servicio también muy bueno, Carmen es encantadora

Restaurante acogedor y buen trato. Comida casera con buena relación calidad y precio.