Cenador de Amós en Ribamontán al Monte

Experiencia única, desde que entras al aparcamiento hasta que sales de él, todo perfecto.

No hay palabras que hagan justicia a la experiencia vivida en el Cenador de Amós. Un trato de 10. Pedimos el maridaje y cada explicación de los vinos era de lujo. Jesús Sánchez salió un par de veces preguntando por cada mesa qué tal nos estaba pareciendo todo, lo cual me parece un detalle. PD: es muy simpático jajaja

Sin ser fan de de menús de degustación, espumas y sabores… salgo entusiasmado por cómo han conseguido darme mis platos típicos favoritos en otro formato y aventurarme a otros de temporada maravillosos. El trío de temporada de guisantes de lagrima, la mus de espárragos blancos y los CALLOS de la familia Sánchez son la bomba. Además de un servicio UNICO en especial el Somelier que le dije mis vinos favoritos y me propuso otros similares ampliando mi bodega. Enhorabuena…caro pero sabes que… lo recordaré mucho tiempo. Si acaso el espacio lo haría más amigable….

Tanto la cocina, como el servicio, la experiencia y el trato fueron impecables.. PERO A pesar de ser una experiencia sobresaliente (que en un restaurante 3 estrellas, se le presupone, como el valor al guerrero) salimos con la sensación de que nos había faltado algo en la propuesta de la cocina para llegar a la matrícula de honor. Sabor agridulce el de nuestra visita

Sin duda el Cenador de Amós te permite disfrutar de una gran experiencia gastronómica al nivel de un 3 estrellas Michelin. En nuestro caso fuimos dos parejas y solicitamos acompañar nuestra experiencia con el maridaje, lo cual fue un gran acierto, ya que no sólo pudimos degustar una gran selección de vinos tintos, blancos o cavas, sino que disfrutamos de la compañía y explicaciones del enólogo que hicieron de la experiencia algo mucho más especial en la que degustamos y aprendimos sobre vinos que no conocíamos tanto y que nos encantaron. Muy recomendable la comida y muy recomendable el maridaje. Muy recomendable en general la experiencia vivida.

Experiencia inolvidable! Desde el trato del personal, pasando por la ubicación del restaurante hasta llegar a la magnífica experiencia gastronómica. Todo fue perfecto, el único "pero" es que quizás el menú se quedó un pelín corto, quizás algún pase más de salado hubiera estado mejor. De cualquier manera, una visita obligada para todo amante de la alta cocina. Muchas gracias!

Una experiencia para repetir. La comida espectacular, el servicio muy atento, el lugar precioso y Jesus Sanchez encantador, se intereso por nuestro viaje y por supuesto por como estaba siendo la noche. Se lo recomiendo a todo el mundo.

El Cenador de Amos es definitivamente uno de los mejores restaurantes en los que he tenido el placer de comer. Desde el momento en que entré, fui recibida con un servicio excepcional y una atención al detalle que realmente hizo que la experiencia fuera inolvidable. La comida era simplemente excepcional, cada plato estaba bellamente presentado y el sabor era simplemente delicioso. El Chef Jesús salió a saludar, y realmente demuestra su habilidad y pasión en cada plato que sirve. Recomiendo encarecidamente probar el menú degustación, es una experiencia culinaria que vale la pena. El ambiente en el restaurante era elegante y acogedor. El personal era amable y atento, siempre dispuesto a asegurarse de que tuviéramos todo lo que necesitábamos. En resumen, El Cenador de Amos es un lugar excepcional que verdaderamente merece sus tres estrellas.

Cenador de Amos fue el restaurante elegido para celebrar nuestro 15º aniversario, y justo este año el restaurante está celebrando sus 30 años. El enclave es una maravilla; una casona-palacio del XVIII rehabilitada, en la que se encuentra el comedor, bajo los frescos de la antigua capilla, y el pabellón, un cálido espacio acristalado donde da comienzo la experiencia gastronómica. Su cocina pone en valor la tierruca, el producto autóctono y a la temporalidad. El menú degustación actual es un homenaje a platos icónicos del chef Jesus Sánchez. El maridaje es fantástico. Cabe destacar el pan, que elaboran ellos mismos.

Decidimos celebrar el aniversario de novios aquí y fue un acierto. Salimos realmente satisfechos con toda experiencia, desde que entras por la puerta te hacen sentir especial y como en casa, lo que esperas de un restaurante con esta categoría. El espacio ya lo conocía porque los veranos voy a Loredo y hemos hecho alguna celebración familiar aquí en el pasado. Con los años ha ido a mejor en todo, tanto espacio como comida y servicio. La última vez que estuve fue en 2018 con dos estrellas michelin y el espacio de los aperitivos ahora es mucho más agradable. Han conseguido también que el servicio vaya como un reloj pero sin agobiar al comensal. En cuanto a la comida, decir que es sensacional no sólo a nivel gustativo sino estético. Muchos bocados sorprendentes como la ensaladilla o la tortilla de patata, que se ha redondeado desde la última visita. Impacta el sabor a tortilla con cebolla metido en pequeño cono. Los platos principales ya en el comedor me parecieron casi todos sublimes. Destacar ese bogavante con grasa de chuleta, qué bien resuelta la combinación. Es como comerte un chuletón con la textura de un bogavante en punto perfecto. Lo mismo el chipirón que lo sacan en forma de velo y después el magano cocinado con una especie de salsa que no llega a pil pil al que noté quizás un pequeño regusto a nata pero hecho a la perfección. El rape negro también sorprende por punto de cocción y la textura de las patatas panaderas. Por último el plato de liebre es otra maravilla, por un lado la presentan como si fuese una morcilla y después un trozo de berza que contiene sus interiores y es una explosión de sabor y potencia de caza. El único bocado que me defraudó un poco fue el de la anchoa. La extraen de un bloque de mantequilla como si fuese un tesoro arqueológico y con la puesta en escena esperas que sea la mejor anchoa que comas en tu vida y no fue así porque para mi gusto estaba un pelín subida de sal. Es verdad que la anchoa es salada pero he probado las que venden en la tienda de "Sanfilippo" y las encontré más equilibradas de sal. Cuestión de gustos personales. A pesar de ello la mantequilla de anchoa que acompaña es una auténtica barbaridad, la más rica que recuerdo y en este caso no tan salada. Para terminar añadimos los quesos y todos excepcionales. Rematamos con los postres que también nos encantaron. Aparentemente parecen muy contundentes pero sorprende su ligereza al comer y la profundidad de los sabores: a fruta de la pasión de la tarta de yemas y el de chocolate que es un coulant ligero y riquísimo con una textura aérea pero todo el sabor a chocolate del bueno, nada empalagoso. Para terminar, acabaron evocando recuerdos de mi infancia con uno de los "petits fours", el que emula el picatoste que tantas veces comí de crío en el "bar Piedra" de Limpias. En conclusión, muy grata experiencia que disfrutamos mucho e iluminó el día de nuestro séptimo aniversario de novios. Por local, muy bonito y señorial; servicio: atento, profesional y agradable; y comida especial y ligada al territorio. Como norma general prefiero los sitios con más enfasis en producto de la zona. He estado en varios de los tres estrellas españoles y este me ha gustado más que algunos. No vi al chef por allí ese día con sus habituales gorras al puro estilo Fito Cabrales pero salió todo sobre ruedas. Y hablando de cartera, de precio evidentemente es elevado, para una ocasión especial pero tiene un precio similar o incluso más bajo que otros tres estrellas. Está subiendo mucho el coste de los restaurantes estrellados en España, quizás porque ya estén cada vez más enfocados al turismo gastrónomico extranjero y a la inflación. La cerveza alhambra blanca a 7 euros que tomamos de aperitivo me pareció un tanto costosa. Quizás por ese precio podrían servir una cerveza artesana local de más calidad, que hay muchas productoras en la zona. ¡Qué poco suelen cuidar las cervezas estos sitios!. Quizás sea tema de marketing porque interesa más vender otras bebidas más caras o vender las cervezas que patrocinan, no lo sé pero creo que ahí hay un trecho que andar. Recomendable restaurante para vivir una experiencia de lujo difícil de olvidar si eres amante de las buenas experiencias gastronómicas.