Carmen del Campillo, Casa Morisca en Crevillent

Un sitio muy bonito y donde estar tranquilo. El precio de la entrada yo lo eliminaría, pagando sólo por la consumición.

Cambio total de escenario en el corazón de una casa morisca. Se puede visitar una bonita parcela del jardín así como diferentes estancias del edificio. Finalizamos el descubrimiento con un té a la menta acompañado de repostería marroquí.

Lugar super idílico con una decoración increíble. Es un sitio además que te permite sumergirte en la cultura y volver a los tiempos en los que fue utilizado.

Absolutamente recomendable. Es difícil llegar, pero merece la pena. Libertad absoluta para visitar todas las estancias (con educación y con respeto para las zonas privadas) 8 € la entrada, con derecho a una consumición. Los dulces árabes, a tres euros la ración.

me quedo sin palabras cada vez que vengo aquí, la atención, el local y el té... toda una experiencia, repetireis seguro

Un lugar increíble para visitar. Un montón de habitaciones diferentes y cosas para ver y hacer. Un paraíso de exuberantes jardines y plantas... Trae mucha película para tu cámara (risas), la necesitarás.

Una tetería preciosa, parece un oasis en el desierto, es muy fiel a la cultura árabe, sirven tés, dulces árabes exquisitos, sitio perfecto para ir en pareja y grupo de amigos, familias, se respira mucha paz y tranquilidad , ver la puesta de sol es maravilloso, las luces que iluminan el lugar, es sorprendentemente.

Súper lugar. Muy colorido y hermoso. El terreno es grande y bien cuidado, muy verde. Por todas partes huele a incienso. Muchos lugares para hermosas fotografías. Hay un parque y una casa. En todas partes puedes sentarte y tomar té y comer dulces. El té está incluido en el precio de la entrada. Entrada 8 €. Dulces orientales por una tarifa. Una hora muy sabrosa. Y los dulces son frescos, frescos y muy sabrosos. Los pavos reales caminan por el territorio, lo que añade aún más color y belleza a este lugar. El aparcamiento es grande y gratuito. Por la noche, después del atardecer, se encienden velas y faroles, algo muy bonito. Es mejor llegar por la tarde para aprovechar la luz del día y tomar fotografías del entorno nocturno.

Qué hallazgo tan fabuloso. La entrada cuesta 8 € e incluye una bebida a elegir. Nos encantó estar aquí. Típicamente marroquí. El área en sí es enorme y está compuesta de muchas áreas pequeñas y hermosas para sentarse. Hay mesas para dos hasta áreas para que se sienten grupos más grandes. Se compone de unas 40 habitaciones/espacios para sentarse, incluida una gran tienda beduina en el piso superior. Deambulan gatos, gallinas y pavos reales. Las flores y las plantas en macetas abundan y son sencillamente impresionantes. De fondo suena tranquilamente música marroquí. Puedes simplemente sentarte y literalmente beber en la atmósfera. El menú ofrece todo tipo de té/café que puedas desear y también tiene cerveza y batidos (un ligero coste adicional). También ofrecen pequeños pasteles pegajosos por 3 € extra por persona. Una vez que se pone el sol, este lugar realmente cobra vida con cientos de velas encendidas, lo que aumenta la belleza absoluta del lugar. El personal fue fantástico, muy educado y el servicio fue perfecto.

Una experiencia increíble que está escondida, ¡gracias a Dios! Es un oasis de calma y deleite. Debes buscar entre las distintas salas y decidir dónde deseas sentarte, o afuera, en los jardines, observando los pavos reales y otros animales salvajes.