Can Miquel en Balaguer

12/05/2024: A mí no me ha gustado. Se comportan como si fuera un local de categoría, pero no vale la pena. Estás con tu pareja en la terraza y, si llegan unos amigos de paso, tienen que consumir "pero ya", sin darte cinco minutos para que te saluden. No toques las sillas y las cambies de lugar sin pedir permiso con antelación al propietario. La simpatía brilla por su ausencia y el trato con el cliente es seco y rudo. Para comer huevos fritos llenos de restos de la plancha y patatas de freidora sin pelar, creo que es el lugar ideal. Tienen unas patatas bravas sumergidas en aceite reciclado que no tienen desperdicio; ideal para solicitar la incapacidad permanente por exceso de colesterol. Y si pides croquetas... Es la misma cantidad que en las aceitunas que te ponen en un vermut de la casa. Si les pides que te quiten la cebolla... Te aguantas; la cebolla te la comes porque la cocinera no está para perder el tiempo. La tía sólo hace que cortar y cortar, a saco y sin conocimiento. Que no, que no saben tratar al cliente como se merece. Que pagas para que no te traten bien y sientes deseos de irte desde el momento que te toman nota. Espero que las camareras tengan un buen sueldo porque ellas si se lo ganan.

10/03/2024: Lugar tradicional de Balaguer para comer sencillo y rápido (bocadillos, tostadas, hamburguesas...) donde los viernes puedes degustar salchichas de frankfort hechas a la vaporada. Comer bueno y abundante (aunque una de las megatostadas -que no son tan mega- estaba fría) pero precios un poco demasiado altos. Personal amable a alguno de los que debe enseñarse que, en el país de los clientes, un buen profesional les atiende en el idioma de los clientes.